La plaza de armas es el corazón del viejo San Juan Bautista. Es donde realmente nació la ciudad de Villahermosa. Muchos habitantes de la Ciudad así como turistas, acuden a contemplar el rio Grijalva desde una amplia terraza que se une a la rivera opuesta del rio por medio de un puente peatonal al que se integra un elevado mirador de 30 m de altura diseñado por los arquitectos Huerta Argudin y Madrazo, desde el cual se aprecia una vista panorámica del paisaje urbano salpicado de agua y verde. En la terraza esta la escultura de Antonio Vielma Mendoza que representa al “Almirante Achirica” acompañado por su madre Doña Clemencia Aguilar.
Este singular personaje de la antigua Villahermosa realmente se llamaba según datos Humberto Achirica Aguilar. Y es reconocido por que vestía con uniforme de gala, todo de blanco con galones negros en las mangas, su gorra con entorchados en la visera y su pecho cubierto por varias medallas e insignias.
En una de las paredes de su casa mando a pintar el siguiente texto: Grande Almirante de la Real Marina Inglesa al Servicio del Almirantazgo Británico y de su Majestad Isabel II. Constructor de Submarinos y Misiles Intercontinentales con alcance de 90 mil Kilómetros y Proyectiles con Alas. Así mismo repartía volantes con estos datos.
Pero cuenta los relatos de los villahermosinos que este singular personaje gustaba de salir a pasear por la plaza de armas en compañía de su madre la señora Clemencia Aguilar, ver a estas dos personas se volvió un icono y una verdadera tradición pues el saludaba con todo respeto y gallardía al grado tal que aquel que lo veía por primera vez creía que realmente este personaje era un verdadero Almirante.
La casa de este personaje se ubicaba en la Av. 27 de Febrero, y no me queda más que rendir un homenaje a este personaje que era toda decencia y respeto hacia sus contemporáneos, un hombre que hizo brotar de su imaginación a un personaje tan único y especial que cual quiera que lo veía le infundía respeto.
Este singular personaje de la antigua Villahermosa realmente se llamaba según datos Humberto Achirica Aguilar. Y es reconocido por que vestía con uniforme de gala, todo de blanco con galones negros en las mangas, su gorra con entorchados en la visera y su pecho cubierto por varias medallas e insignias.
En una de las paredes de su casa mando a pintar el siguiente texto: Grande Almirante de la Real Marina Inglesa al Servicio del Almirantazgo Británico y de su Majestad Isabel II. Constructor de Submarinos y Misiles Intercontinentales con alcance de 90 mil Kilómetros y Proyectiles con Alas. Así mismo repartía volantes con estos datos.
Pero cuenta los relatos de los villahermosinos que este singular personaje gustaba de salir a pasear por la plaza de armas en compañía de su madre la señora Clemencia Aguilar, ver a estas dos personas se volvió un icono y una verdadera tradición pues el saludaba con todo respeto y gallardía al grado tal que aquel que lo veía por primera vez creía que realmente este personaje era un verdadero Almirante.
La casa de este personaje se ubicaba en la Av. 27 de Febrero, y no me queda más que rendir un homenaje a este personaje que era toda decencia y respeto hacia sus contemporáneos, un hombre que hizo brotar de su imaginación a un personaje tan único y especial que cual quiera que lo veía le infundía respeto.
Gracias por este hermoso relato, empecé a leer por curiosidad y termine conmocionado.
ResponderEliminarGracias por tomar el tiempo de publicar un comentario, esto nos ayuda a seguir vigentes
EliminarGracias por el dato no saben a dónde la movieron
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