Cuando se acerca los últimos días de octubre y los primeros de Noviembre mucha gente se prepara con entusiasmo para recibir a los fieles difuntos, pero quienes mas destacan entre ellos por ser los portadores de la tradición son nuestros ancianos.
Contaba mi abuela paterna que su madre le decía que en esos días hay que poner el altar con mucha fe pero sobre todo con respeto por que debía de ser del agrado de nuestros amigos y familiares que ya no se encontraban entre nosotros.
También contaba la historia de su abuelo quien tubo un encuentro con las animas, por ser olvidadizo y curioso en un noche de borrachera y andando a altas horas de la noche escucho un murmullo de gente, era el día primero y al recordar esto su abuelo se hinco, se cubrió el rostro y pidió perdón por haber pasado por alto ese día; así como jamás volverles a faltar el respeto a realizar un rezo en honor de todas ellas.
En si se dice que a partir del día 28 de Octubre (celebración de San Judas Tadeo) se da inicio la visita de las animas empezando por todas aquellas que hayan fallecido de muerte por accidentes, asesinados o muerte violenta a quienes se les debe limpiar el lugar donde hallan fallecido así como colocar flores y veladoras además de sus respectivas oraciones para su descanso, para el día 30 de Octubre se reciben las almas de los niños que no alcanzaron ser bautizados para que el día 31 de Octubre se reciba a los “angelitos” o sea a las almas de los niños a quienes se les ofrece un altar con pan, galletas, golosinas, chocolate o atole así como juguetes, por ultimo el día primero de Noviembre llegan todas las almas de los adultos, a quienes se dedican en gran mayoría el altar de muertos.
Cuenta la leyenda de nuestros ancianos que las ánimas deben de pedir permiso para venir a visitarnos y solo se quedan sin venir a la fiesta aquellos quienes hayan muerto en el año y deben esperar hasta el próximo, así mismo se dice que ellas se van el último día de Noviembre en la fiesta de San Andes Apóstol.
Queda mencionado de ante mano que algunos pueden creer en esto y otros no, pero lo cierto es que estos relatos nos hacen sentir y pensar que nuestros seres queridos ya fallecidos, vendrán a vernos, a disfrutar de nuestros obsequios y a pesar de que no podemos verlos saber que ellos están con nosotros
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