Villahermosa, en las márgenes del Grijalva, es la capital de estado y cabecera del municipio de Centro.
Pequeña y apacible hasta hace pocos años, ha crecido en dimensiones y en población, adquiriendo todo el aspecto de una urbe moderna. Algunas calles de la zona comercial de Villahermosa han sido remodeladas, procurando buscar un aspecto colonial. En estas calles, ahora adoquinadas y peatonales, hay restaurantes y comercios. Agradables bancas propician el descanso en Juárez y Aldama, a la sombra de amables framboyanes en crecimiento. Los negros sanates, conocidos de los paseantes, vuelan entre las copas, y durante el verano son desplazados por golondrinas que descienden entonces alegres parvadas.
Madero es la avenida principal del centro de la ciudad antigua; conserva algunas viejas casas de un solo piso, con techo de teja, ventanas con herrería y patio central. Viviendas semejantes pueden encontrarse en algunas calles del centro de Villahermosa y, sobre todo, en Sáenz donde casi todas las casas conservan su viejo sello. La casa de los Azulejos, en 27 de Febrero y Juárez, se distingue entre las construcciones antiguas. En el siglo XIX y principios del XX la ciudad se dividía en barrios: La Punta o Concepción, Esquipulas y Santa Cruz. A fines del siglo pasado Atasta y Tamulté eran poblados cercanos a Villahermosa, donde algunas familias pasaban temporadas; ahora están incorporados a la ciudad. Hay en Atasta una hermosa ceiba, que mereció un poema de Carlos Pellicer.
Pero retrocedamos un poco más en el tiempo, hasta 1596, a sólo 75 años de la conquista. Por squel entonces el centro administrativo de la región se hallaba en una pequeña villa, fundada por Cortés en 1519 para celebrar el triunfo español en la batalla de Centla: Santa María de la Victoria. Esta población se encontraba en la margen izquierda del Grijalva, frente a lo que hoy es Frontera, cerca de la confluencia del arroyo El Trapiche con el río. Los piratas ingleses, encabezados por Francis Drake, se posesionaron de la isla del Carmen, desde donde hacían constantes incursiones a la villa española.
En 1596 los españoles se replegaron hasta un poblado de pescadores – situado en el centro de la llanura tabasqueña – y dos años más tarde, el rey otorgó las mercedes reales para la designación de Villahermosa de San Juan Bautista.
Pese a todas las providencias tomadas por los españoles, los ataques piraras fueron en aumento. A ello se debió que los poderes del territorio tuvieran que ser trasladados en 1666 a Tacotalpa, donde permanecieron hasta 1795, cuando9 se establecieron definitivamente en lo que hoy es Villahermosa. Allí siguieron residiendo después de la Independencia.
Hasta el último cuarto del siglo XIX, Villahermosa fue el principal puerto de Tabasco, a pesar de encontrarse a más de 100 kilómetros de la desembocadura del río Usumacinta. De 1885 a 1888 un cambio en el curso del Mezcalapa disminuyó considerablemente el caudal que fluía hacia el Grijalva, y en 1902 la erupción del volcán Santa María (en Guatemala) provocó azolvamiento por depósito de las materias expulsadas en el lecho del río. Frontera fue sustituyendo a Villahermosa como puerto de Tabasco, hasta que sobrevino, alrededor de 1940, el desplome del comercio bananero.
Villahermosa es ahora una ciudad moderna y la más poblada de todas las ciudades tabasqueñas. El progreso y la modernidad llegaron con la explotación del petróleo pero, por fortuna, no ha perdido del todo su tranquilidad provinciana.
La Ciudad Deportiva fue una de las primeras muestras de la modernización de Villahermosa. El gran centro urbano Tabasco 2000 construido sobre una superficie de 240 hectáreas, incluye el gran Palacio Municipal, un planetario, un centro de convenciones, grandes hoteles, así como viviendas de tipo diverso. Es la muestra más evidente que caracteriza al Tabasco de hoy, que mira hacia el futuro sin dejar de coexistir con el Tabasco tradicional.
El clima es sumamente caluroso y húmedo, la temperatura media anual es de 26.6ºC. Las lluvias son constantes, por eso un gran número de viviendas presentan techos altos y en declive. La mayoría de las construcciones de antaño tenían techo de dos aguas.
Entrando por Madero, el visitante puede caminar por 27 de Febrero hasta 5 de Mayo; a la izquierda encontrará la Plaza de Armas y el Palacio de Gobierno. Los que conocieron la ciudad a principio del siglo recuerdan los añosos laureles que invitaban al descanso. Ahora, laureles y almendros jóvenes brindan su fresca y propicia acogida al paseante. A un lado de la plaza se levanta también el Palacio Legislativo y el Tribunal Superior de Justicia, ambos de reciente construcción.
La Casa de la Cultura ocupa la vieja sede del Instituto Juárez. Allí se formaron los profesionales tabasqueños durante muchas décadas. En 1958 el Instituto se convirtió en Universidad Autónoma y la Escuela de Derecho se mantuvo en aquel edificio hasta 1979. Antes había dado albergue al a Escuela Preparatoria. La Casa de la Cultura fomenta talleres donde los jóvenes pueden ejercitarse en distintas expresiones artísticas y abre sus puertas para la realización de actos culturales.
En la calle 27 de Febrero, ya lejos del centro, se encuentra la Catedral, edificio inacabado de reciente construcción. Sólo tiene fachada y las dos torres del campanario; a falta de la nave principal, las misas se celebran en el antiguo edificio, que es una casona de un piso con vigas de troncos. El monumento a Gregorio Méndez, héroe de la lucha contra la intervención francesa, se eleva en el cruce de 27 de Febrero con el Paseo Tabasco.
El Paseo Tabasco se extiende entre el Malecón Carlos A. Madrazo y el llamado bulevar Grijalva. Más allá, se prolonga a través del nuevo conjunto urbano Tabasco 2000. En el Malecón es posible abordar un pequeño barco, el Capitán Beuló, que hace el recorrido del río ofreciendo a bordo los platillos de su restaurante flotante. El Capitán Beuló tiene su historia: comenzó como buque platanero y se llamó Jahuactal. En la ´poca del gobernador Madrazo se le rebautizó como Benito Juárez (1960) y se le acondicionó para dar servicio médico a los pobladores de las riberas del Grijalva. Aquel mensajero de la salud se volvió, después, barco recreativo para la recepción de huéspedes distinguidos y ahora pasea por el río a capitalinos y visitantes.
El llamado bulevar Grijalva cruza, en un amplio puente, la laguna de las Ilusiones, un placentero lago natural que se extiende al oeste de la ciudad. Un embarcadero permite el acceso a botes de remo y bicicletas acuáticas. Un constante mantenimiento y los abundantes peces que ahora habitan l laguna la conservan limpia del Jacinto, lirio acuático que antes la cubría en grandes extensiones y constituía una plaga. A orillas de la laguna se encuentran el Museo de la Venta, el parque Tomás Garrido Canabal y el Centro de Convivencia Infantil.
La admiración y el profundo respeto que sentía el poeta Carlos Pellicer por los vestigios arqueológicos de esta tierra, le sugirieron reproducir el paisaje natural del islote de La Venta en Villahermosa. Por eso se escogió un parque agreste, entre la ciudad y la hermosa laguna de las Ilusiones. Los espléndidos monolitos fueron colocados en la pequeña selva, que alberga además un zoológico integrado con especies de la fauna silvestre tabasqueña. Un hermoso jaguar evoca, a la entrada, el simbolismo que rigió la cultura olmeca. Veamos cómo explicaba el poeta Pellicer el origen de las piezas que exhibe el museo: “La mayor parte de las maravillosas esculturas exhibidas en las ocho hectáreas de este Parque Museo de La Venta, fueron descubiertas por el doctor M. W. Stirling, ilustre arqueólogo norteamericano durante los años 1940, 1941 y 1942, entre temporadas de trabajo en las que fue eficazmente ayudado por su esposa.
“La Venta es un pequeño lugar, propiamente una isla, circundada por el río Tonalá, por el mar y pantanos. Se encuentra en el municipio de Huimanguillo al norte de Tabasco.
“La riqueza del manto petrolífero que existe en el subsuelo de la zona de La Venta, obligó a Petróleos Mexicanos a modificar profundamente el paisaje: pista de aterrizaje, tala general del bosque, construcción de caminos para movilizar maquinarias, perforación de pozos y construcción de torres de acero; fue entonces cuando sugerí a las autoridades federales el traslado de las esculturas a Villahermosa y tuve la buena suerte de fijarme en un escenario semejante al sitio original…”
Además de las cabezas colosales, pueden contemplarse en este excepcional museo selvático algunos altares, estelas con bajorrelieves y esculturas que representan figuras humanas y animales. La visita al Museo de La Venta es una experiencia única: a la experiencia de las piezas se añade la vivencia de una visión del mundo semejante a aquél donde fueron creadas.
En el parque Tomás Garrido Canabal se han instalado juegos infantiles cerca de la laguna de las Ilusiones y del embarcadero que permite el acceso a las lanchas. En su salón central se celebran festividades y actos políticos. En los terrenos del parque tuvo lugar, hasta 1981, la feria ganadera. También se levanta, en estos terrenos, un teatro al aire libre. El Centro de Convivencia Infantil ofrece a los niños un ámbito de diversión y aprendizaje en contacto con la naturaleza. A partir de 1982 la feria regional se celebra en el nuevo parque La Choca que cuenta con instalaciones necesarias.
En la prolongación de la calle Melchor Ocampo, en la ribera izquierda del Grijalva, donde comienza el periférico que bordea a la ciudad, se eleva el Centro de Investigaciones de las Culturas Olmecas y Mayas (CICOM). Esa zona, conocida como El Arenal, era una vasta extensión producto del dragado del río y au antes fue la laguna de la Pólvora.
En el hermoso complejo cultural se encuentra el Museo Arqueológico Regional “Carlos Pellicer”, que exhibe las colecciones de piezas Olmecas, mayas, teotihuacanas, aztecas, mixtecas, zapotecas, de Nayarit y de Colima, que el poeta reunió a lo largo de su vida para donarlas luego al pueblo de Tabasco. Una sonriente cabeza monolítica nos da la bienvenida a un recorrido por el mundo prehispánico a través de sus representaciones plásticas.
El visitante podrá recorrer allí, con la guía de mapas, comentarios, ilustrativos y excelentes piezas, las dos etapas del Tabasco prehispánico: la olmeca que se desarrolló cuando en Europa florecía la cultura griega y la maya que floreció muchos siglos después del inicio de Nuestra Era. Es sorprendente, quizá, descubrir que casi todo el territorio de Tabasco: el arqueológico, cuyos vestigios apenas empiezan a aflorar en Comalcalco. Ese Tabasco arqueológico tiene más de 80 sedes inexploradas, que algún día ocuparán la atención de los investigadores.
En una sala reservada a sus mejores piezas, el museo conserva espléndidas urnas ceremoniales de Tapijulapa, una enigmática piedra jeroglífica del Usumacinta y una excepcional figurilla maya, además de la urna de Teapa, notable muestra del “barroco” maya. Comalcalco (siglos VII y VIII) está presente en algunas bellas estelas y en ladrillos de barro cocido con bajorrelieves. El CICOM cuenta también con aulas, bibliotecas, laboratorios, auditorio, talleres y área de habitaciones para maestros residentes e invitados. El teatro de la ciudad, Esperanza Iris, puede recibir 1200 espectadores. Un museo de historia, una casa de artes y un jardín de arte completan este conjunto integral dedicado a la cultura.
De los 17 municipios que integran el estado, el del Centro es uno de los que más ha progresado en términos económicos. Pero si bien el comercio y los servicios se han incrementado notablemente, también es cierto que el desarrollo trae consigo nuevos problemas que reclaman nuevas soluciones.
Al iniciarse en Tabasco la explotación del petróleo comenzaron a llegar técnicos y especialistas. No se hizo esperar la afluencia de una corriente migratoria procedente de otros estados, en busca de trabajo. La población de Villahermosa sobrepasaba en 1990 los 386 mil habitantes. De estos trabajadores inmigrantes no todos encuentran trabajo, por lo que existe el desempleo, el subempleo y los problemas de dotación de servicios.
La capital de Tabasco pasa por una etapa de adaptación acelerada a un procedo de modernización, que asimila y rechaza a la vez, con explicable ambivalencia. Sólo un desarrollo equilibrado de otras fuentes de riqueza, especialmente de la producción agrícola y piscícola –un gran potencial latente- podrá contrarrestar el crecimiento desmedido, generando riqueza efectiva y alimentos para todas las regiones del estado.
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