El antiguo Nacaxuxuca muestra, más aún que el resto del paisaje tabasqueño, el aspecto de una gran planicie sin relieve elevado alguno. Tiene una superficie de 452.33 kilómetros cuadrados. Sus habitantes en 1990 eran 50,791. El municipio de Nacajuca es cruzado por tres ríos: el Nacajuca –que es un brazo desprendido de Mezcalapa-, el Tular y el González, que le sirve de límite oriental.
Nacajuca ofrece sus artesanías de sombreros de palma. Es la tierra de los tamborileros: indígenas chontales que preservaron, con sus toques ceremoniales, la remota tradición de su cultura. Los cultivos de esta zona, principalmente el frijol, le dieron fama; en otra época se decía que el frijol de Nacajuca era el mejor del mundo. En pequeña escala, ese buen frijol se sigue produciendo.
En Nacajuca, donde más del 70% de la superficie está constituida por pantanos y lagunas, se puso en marca, desde 1977, un proyecto: los Camellones Chontales, para rescatar tierras para el cultivo, aprovechando además el agua de los canales para la producción piscícola. El sistema consiste en la siembra de diversos cultivos en el bordo (camellón) y en la cría de peces en los canales. El proyecto tiene grandes perspectivas dado que estas zonas en algunos casos están por debajo del nivel del mar (olla de la Chontalpa). Los camellones constituyen una alternativa para el aprovechamiento de los pantanos.
La población chontal del municipio es de 15 mil habitantes. Las principales comunidades son: Tucta, Mazateupa, Tapotzingo, Guatacalca, Guaytalpa, Tecoluta, Olcuatitán y Oxiacaque, nombres todos de origen nahua. Los indígenas las designan con nombres chontales.
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